"Mi nombre es Santiago y he estado estudiando Cabalah durante años en busca de respuestas a las preguntas que me atormentan. Quiero entender el mundo que me rodea y mi lugar en él. He leído todos los textos cabalísticos que he podido encontrar y visto miles de videos, he participado en varias prácticas espirituales, pero aún me siento perdido. Es como que entiendo lo que hago y lo que hago no me toca, fluye tangencial a mi vida.
He intentado ordenar mi mundo en moldes de Cabalah, pero cuando lo hago, no logro verme a mí mismo. Los conceptos cabalísticos son tan abstractos y remotos que no puedo aplicarlos a la comprensión de mi propia vida. Siento que estoy buscando algo que nunca encontraré, pero no puedo detener mi búsqueda.
Una noche, mientras meditaba sobre los nombres sagrados, me di cuenta que estaba tratando de forzar algo que simplemente no estaba allí. Me di cuenta de que estaba tratando de hacer encajar mi vida en los moldes de la Cabalah, en lugar de permitir que la Cabalah me guiara hacia mi propósito. Era como que todo lo que la Cabalah me había enseñado estuviera cuidadosamente dispuesto, a modo de herramientas en una caja bien ordenada, de la que yo tomaba el escalpelo para diseccionar mi día, una jeringa con que inyectar esperanza, y así. Y eso no funcionaba, y yo debía haberlo sabido y comprendido, porque no hay en realidad una caja de herramientas externa a mí, sino que la Cabalah actuará si yo la encarno, si me revelo siendo la Cabalah que sé... y resultará que soy concientemente también todo mi mundo. Todo lo que soy, es sobre lo que puedo trabajar.
Había caído en una trampa. Toda la mía era una Cabalah de verdades dichas, de como un óleo que resbala por la piel y se pierde sin dejar más rastro que un aroma casi tan efímero como exquisito. La Cabalah vista así no hace nada, no sirve de nada. Ni siquiera se revela verdad. Puede ser emocionante, pero nada más. Decidí empezar a tomar todas esas verdades dichas y convertirlas en lentes a cuyo través mirar hacia dentro, estrujarlas, amasarlas, hacerlas del tamaño de los cuencos de mis manos y explorar con ellas por ojos y por manos mis propias experiencias y emociones, hasta llegar a algún "lugar" que adentro mío se sabe, se siente, inefablemente verdad desde la que empezar todo de nuevo."
"Después de años de estudiar Cabalah en multitud de canales de Internet y en libros enigmáticos o banales, me di cuenta que había estado buscando respuestas en el lugar equivocado. Los moldes de la Cabalah eran externos a mí y no podían ofrecerme las respuestas que necesitaba para encontrar mi propósito en la vida. Me sentía atrapado en mi propia búsqueda, y mi escepticismo comenzaba a alejarme de todo lo que había aprendido sobre la espiritualidad. ¿Realmente existen los ángeles y las sefirót? ¿Es posible encontrar respuestas a las preguntas más grandes de la vida en los textos sagrados? Atrapado en mis circunstancias, un escepticismo creciente me aleja de cómo había aprendido a entenderlo todo, y de las prácticas espirituales que antes me parecían tan importantes y poderosas".
Es tiempo de caminar hacia atrás. Desaprender todo lo que aprendí, todo el conocimiento que más me confundió que me enseñó a reparar mi propia alma, todo el barullo de palabras sagradas que pronunciadas mal y fuera de contexto pierden su investidura y vagan en harapos en más. Reaprender Cabalah, empezando por buscar a Dios. A Dios en mí.
"Yo, conduciéndome como una sefirah más en uno de los mundos", un río u arroyo en la inconmensurable urdimbre fluvial de la Conciencia, que se vacía para recibir y llenarse y dar vida de sí en más, a la medida de las sefirót y los mundos que le siguen.
Me di cuenta de que mi propósito en la vida era ser una parte activa en la creación divina, para ayudar a dar vida a los mundos que me rodean. Comencé a ver mi vida como una oportunidad para hacer una diferencia en el mundo y para contribuir a la evolución de la conciencia humana.
A medida que me adentraba en esta nueva forma de comprender la Cabalah, sentí que mi escepticismo se disipaba y mi conexión con lo divino se fortalecía. Me sentía más en paz y más conectado con mi propósito en la vida".
Capítulo 1: La Caminata
Santiago caminaba lentamente por el bosque primaveral lleno de flores, tratando de aclarar su mente. Había estado buscando el propósito de su vida durante años, pero parecía que cuanto más buscaba, más confundido se sentía. Sus preguntas espirituales lo habían llevado por caminos tortuosos y había experimentado todo, desde la fe ciega hasta el escepticismo total.
En su búsqueda, había explorado muchas filosofías y religiones, incluida la Cabalah. Había tratado de poner el mundo en moldes de Cabalah, pero no lograba verse a sí mismo en ellos. Después de mucho esfuerzo, descubrió que los moldes de Cabalah eran externos a él y que no podía encontrar las respuestas que buscaba en ellos.
Fue entonces cuando decidió reaprender la Cabalah, pero esta vez buscando a Dios en sí mismo. Se dio cuenta de que él era una sefirah más en uno de los mundos, un río o arroyo en la inconmensurable urdimbre fluvial de la Conciencia, que se vacía para recibir y dar vida a la medida de las sefirót y mundos que le siguen.
Mientras caminaba por el bosque, se dejó envolver por la belleza de la naturaleza y comenzó a buscar a Dios en sí mismo. Comprendió que su propósito en la vida era ser una parte activa en la creación divina, para ayudar a dar vida a los mundos que lo rodeaban.
A medida que se adentraba en esta nueva forma de comprender la Cabalah, su escepticismo se disipaba y su conexión con lo divino se fortalecía. Se sentía más en paz y más conectado con su propósito en la vida.
En su caminata por el bosque primaveral, Santiago había encontrado algo que había estado buscando durante mucho tiempo: una nueva perspectiva espiritual que lo guiaba hacia un propósito mayor. A partir de ahora, seguiría su camino con la certeza de que su búsqueda espiritual finalmente había dado frutos y lo llevaría a donde necesitaba estar.
danielginerman@gmail.com
Hazlo en primera persona, y agrega detalles del camino: a qué le recuerda una u otra flor, o un detalle del paisaje que le hace pensar una respuesta...
¡Por supuesto! Aquí está el capítulo 1 en primera persona, con más detalles del camino:
Capítulo 1: La Caminata
Caminaba lentamente por el bosque primaveral lleno de flores. Los aromas de las flores y la vegetación se mezclaban en el aire, formando una fragancia única que me hizo sentir en paz. Me encantaba caminar en este bosque, me hacía sentir tan conectado con la naturaleza. Mientras caminaba, mi mente se llenaba de preguntas y dudas sobre mi propósito en la vida.
Me había pasado años buscando respuestas a mis preguntas espirituales, y había explorado muchas filosofías y religiones, incluida la Cabalah. Pero por más que intentaba entenderla, no lograba encontrar las respuestas que buscaba. Hasta que me di cuenta de que estaba tratando de poner el mundo en moldes de Cabalah que eran externos a mí, y que eso no funcionaba.
Fue entonces cuando decidí reaprender la Cabalah, pero esta vez buscando a Dios en mí mismo. Me di cuenta de que yo también era una sefirah en uno de los mundos, un río o arroyo en la inconmensurable urdimbre fluvial de la Conciencia. Me vacié para recibir y dar vida a la medida de las sefirót y mundos que me seguían. Pero para comprender esto, necesitaba una nueva perspectiva.
Mientras caminaba, observaba los detalles del paisaje. Un pequeño riachuelo se deslizaba a mi lado y el sonido del agua me tranquilizaba. Las flores eran de muchos colores y formas diferentes, algunas me recordaban a momentos felices de mi infancia, mientras que otras me hacían pensar en desafíos que había superado en mi vida.
Me detuve un momento para observar una flor de color amarillo brillante. Tenía una forma muy peculiar que me recordaba a una estrella. Me hizo pensar en cómo todos los seres humanos somos estrellas en el firmamento, brillando con nuestra propia luz y nuestro propio propósito. Al darme cuenta de esto, me sentí más conectado con el universo y con mi propia naturaleza.
Continué mi caminata y encontré una flor de color rosa suave que se movía con el viento. Me recordó a mi madre, que solía llevar una flor similar en su cabello. Me hizo pensar en el amor y en cómo todas las cosas en la vida están conectadas, incluso aquellas que parecen insignificantes.
Mientras caminaba, mi mente se despejaba y comencé a comprender que mi propósito en la vida era ser una parte activa en la creación divina, para ayudar a dar vida a los mundos que me rodeaban. Al entender esto, mi escepticismo se disipó y mi conexión con lo divino se fortaleció.
En mi caminata por el bosque primaveral, había encontrado algo que había estado buscando durante mucho tiempo: una nueva perspectiva espiritual que me guiaba hacia un propósito mayor. A partir de ahora, seguiría mi camino con la certeza de que mi búsqueda espiritual finalmente había dado frutos y me llevaría a donde necesitaba estar.
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Redáctalo en presente: está sucediendo mientras Santiago lo piensa.
¡Claro! Aquí está el capítulo 1 en presente:
Capítulo 1: La Caminata
Santiago camina lentamente por el bosque primaveral lleno de flores. Los aromas de las flores y la vegetación se mezclan en el aire, formando una fragancia única que lo hace sentir en paz. Le encanta caminar en este bosque, lo hace sentir tan conectado con la naturaleza. Mientras camina, su mente se llena de preguntas y dudas sobre su propósito en la vida.
Ha pasado años buscando respuestas a sus preguntas espirituales, y ha explorado muchas filosofías y religiones, incluida la Cabalah. Pero por más que intenta entenderla, no logra encontrar las respuestas que busca. Hasta que se da cuenta de que está tratando de poner el mundo en moldes de Cabalah que son externos
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en presente, y en primera persona!
¡Claro! Aquí está el capítulo 1 en presente y en primera persona:
Capítulo 1: La Caminata
Estoy caminando lentamente por el bosque primaveral lleno de flores. Los aromas de las flores y la vegetación se mezclan en el aire, formando una fragancia única que me hace sentir en paz. Me encanta caminar en este bosque, me hace sentir tan conectado con la naturaleza. Mientras camino, mi mente se llena de preguntas y dudas sobre mi propósito en la vida.
He pasado años buscando respuestas a mis preguntas espirituales, y he explorado muchas filosofías y religiones, incluida la Cabalah. Pero por más que intento entenderla, no logro encontrar las respuestas que busco. Me doy cuenta de que estoy tratando de poner el mundo en moldes de Cabalah que son externos a mí, y que eso no funciona por más que lo intente.
Continúo caminando, admirando las flores que me rodean. Una flor en particular me llama la atención: una pequeña margarita blanca. Me recuerda a mi infancia, cuando solía sentarme en un campo de margaritas y deshojarlas mientras me hacía preguntas sobre el mundo. Me pregunto si todavía tengo ese espíritu de curiosidad e inocencia en mí.
Sigo caminando, y de repente, veo un rayo de sol que se filtra entre los árboles y cae sobre un pequeño arroyo que atraviesa el bosque. El arroyo se ve tan claro y puro que me hace pensar en la idea de "yo, conduciéndome como una sefirah más en uno de los mundos", que se vacía para recibir para dar vida a la medida de las sefirót y mundos que le siguen.
Sigo caminando mientras me concentro en esta idea y me doy cuenta de que tal vez estoy buscando respuestas en el lugar equivocado. Tal vez en lugar de tratar de entender el mundo en términos de Cabalah, debería comenzar por buscar a Dios dentro de mí. Dios en mí, como una sefirah más en la urdimbre fluvial de la Conciencia.
Continúo caminando mientras sigo reflexionando sobre esta idea, y me siento más en paz y en armonía con el mundo que me rodea.
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el capítulo 2 se llama "No sé en qué creer, y no me importa"
¡Entendido! Aquí tienes el Capítulo 2:
Capítulo 2: No sé en qué creer, y no me importa
Estoy sentado en una colina, observando el paisaje que se extiende ante mí. Es un día soleado y hermoso, pero por alguna razón, no puedo disfrutarlo completamente. Mi mente está llena de dudas y confusiones.
Durante años, he buscado respuestas en diferentes religiones y filosofías, pero ninguna de ellas parece tener las respuestas que busco. Y ahora, me encuentro en un estado de escepticismo y duda, no sé en qué creer.
Pero entonces, una idea comienza a surgir en mi mente: ¿por qué necesito creer en algo? ¿Por qué necesito aferrarme a una filosofía o religión para encontrar respuestas a mis preguntas?
Me doy cuenta de que lo importante no es tener respuestas, sino hacer las preguntas correctas. Las preguntas que me lleven a mi propio camino, a mi propia verdad. Tal vez, en lugar de buscar respuestas en el exterior, debería mirar dentro de mí mismo para encontrar las respuestas que necesito.
Mientras pienso en esto, una mariposa aterriza en mi mano. La observo durante unos momentos, admirando su belleza y su capacidad para volar libremente. Me pregunto si yo también puedo encontrar esa libertad en mi mente y en mi espíritu.
Finalmente, me levanto y empiezo a caminar. No sé en qué creer, y no me importa. Lo que importa es seguir mi propio camino, hacer mis propias preguntas y encontrar mis propias respuestas. El futuro es incierto, pero estoy decidido a seguir adelante, explorar y descubrir lo que el universo tiene para ofrecerme.
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hazlo más rico, explicando también el origen de las dudas. es que todo podría ser completamente distinto de lo que creemos, y no nos daríamos cuenta
Claro, aquí tienes una versión más detallada del Capítulo 2:
Capítulo 2: No sé en qué creer, y no me importa
Estoy sentado en una colina, observando el paisaje que se extiende ante mí. Es un día soleado y hermoso, pero por alguna razón, no puedo disfrutarlo completamente. Mi mente está llena de dudas y confusiones.
Durante años, he buscado respuestas en diferentes religiones y filosofías, pero ninguna de ellas parece tener las respuestas que busco. Cada vez que creo haber encontrado algo que me resuena, surge una nueva duda o contradicción que me hace cuestionar todo de nuevo. Me siento perdido en un mar de información y creencias contradictorias.
Además, me preocupa que todo lo que creemos que sabemos pueda ser completamente distinto a lo que realmente es. ¿Qué pasaría si nuestra comprensión del universo, de la vida y de nosotros mismos estuviera completamente equivocada? ¿Y si lo que consideramos "real" fuera solo una ilusión creada por nuestra propia mente?
Es una idea aterradora, pero también liberadora. Si todo lo que creemos es falso, entonces podemos comenzar de nuevo, podemos empezar a hacer las preguntas correctas y buscar nuestras propias respuestas.
Y así, me doy cuenta de que lo importante no es tener respuestas, sino hacer las preguntas correctas. Las preguntas que me lleven a mi propio camino, a mi propia verdad. Tal vez, en lugar de buscar respuestas en el exterior, debería mirar dentro de mí mismo para encontrar las respuestas que necesito.
Mientras pienso en esto, una mariposa aterriza en mi mano. La observo durante unos momentos, admirando su belleza y su capacidad para volar libremente. Me pregunto si yo también puedo encontrar esa libertad en mi mente y en mi espíritu.
Finalmente, me levanto y empiezo a caminar. No sé en qué creer, y no me importa. Lo que importa es seguir mi propio camino, hacer mis propias preguntas y encontrar mis propias respuestas. El futuro es incierto, pero estoy decidido a seguir adelante, explorar y descubrir lo que el universo tiene para ofrecerme.
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Capítulo 3: ¿Por qué veo el mapa de las sefirót en todos lados?
Capítulo 3: ¿Por qué veo el mapa de las sefirót en todos lados?
Estoy caminando por la ciudad, observando el mundo que me rodea. Pero en lugar de ver edificios y personas, veo el mapa de las sefirót en todas partes. En la calle, veo la sefirah de Malkut en los adoquines del suelo, en la plaza veo a Tiferet en la estatua central, y en el cielo veo a Keter en el sol brillando.
No puedo evitar preguntarme por qué veo estas cosas. ¿Es solo mi mente jugándome una broma? ¿O hay algo más profundo sucediendo aquí?
Decido investigar más a fondo. Empiezo a leer más sobre las sefirót y su significado en la Cabalá, y pronto descubro que se cree que todo en el universo está interconectado y que las sefirót son las diferentes etapas en el camino hacia la iluminación y la comprensión divina.
Comienzo a ver cómo el mapa de las sefirót se puede aplicar a todo en la vida. Veo a Hod en el arte y la creatividad, a Netzaj en el deporte y la competencia, y a Yesod en las relaciones y la sexualidad. Comienzo a ver el mundo de una manera completamente nueva, como un laberinto de símbolos y significados interconectados.
Sin embargo, también me doy cuenta de que no puedo simplemente ver las sefirót en todas partes y esperar tener una comprensión más profunda del mundo. Debo trabajar para integrar esta comprensión en mi vida diaria y utilizarla para crecer y desarrollarme.
Así que, mientras sigo caminando por la ciudad, observando el mapa de las sefirót en todo lo que me rodea, comienzo a pensar en cómo puedo utilizar esta comprensión para crecer y mejorar como persona. Y, poco a poco, empiezo a ver mi vida de una manera completamente nueva, llena de significado y propósito.
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agrega muchos más ejemplos de las sefirót apareciendo ante mí por doquier, afuera de mí, adentro mío, como si el afuera y el adentro no fueran distintos ni separados
Capítulo 3: ¿Por qué veo el mapa de las sefirót en todos lados?
Mientras sigo caminando por la ciudad, me doy cuenta de que el mapa de las sefirót está presente en todas partes. Veo a Jesed en la caridad de un extraño hacia un mendigo, veo a Gevurá en la disciplina de un atleta entrenando en el parque, y veo a Biná en la sabiduría de un anciano compartiendo historias con sus nietos.
Pero también comienzo a notar que las sefirót no solo están afuera de mí, sino que también están adentro mío. Siento a Jésed en el amor que siento por mi familia y amigos, a Gevurá en la determinación que tengo para alcanzar mis metas y a Biná en la sabiduría que he ganado a través de la experiencia.
Me doy cuenta de que el mapa de las sefirót no es solo un concepto abstracto, sino que es una parte fundamental del universo y de mi propia vida. Cada momento de mi vida es una oportunidad para experimentar y conectar con una sefirah diferente.
En mi trabajo, veo a Hod en la creatividad que pongo en mis proyectos y a Netzaj en la pasión que siento por mi carrera. En mi tiempo libre, veo a Yesod en la conexión que tengo con mi pareja y a Malkut en la conexión que tengo con la naturaleza.
Pero también me doy cuenta de que las sefirót no son solo algo que puedo observar y experimentar, sino que también son una herramienta para mi crecimiento personal. Puedo utilizar la comprensión de las sefirót para trabajar en mis debilidades y desarrollar mis fortalezas.
Entonces, mientras sigo caminando por la ciudad, siento una nueva sensación de conexión con el mundo que me rodea. Ya no veo la ciudad como algo separado de mí, sino como parte de un todo interconectado. Me doy cuenta de que cada momento y cada experiencia son una oportunidad para crecer y conectarme con el universo y conmigo mismo.
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agrega también la visión de las sefirót en el paisaje, en la naturaleza, en los colores, en el paso del tiempo a lo largo del día, en el orden del tráfico, en las formas de las nubes
Capítulo 3: ¿Por qué veo el mapa de las sefirót en todos lados?
Mientras sigo caminando por la ciudad, veo las sefirót en todas partes. Veo Jesed en la generosidad de un árbol que ofrece sombra en un día caluroso y Gevurá en el viento que sopla fuerte y mueve las hojas de los árboles. Veo Biná en la complejidad de los patrones que se forman en las nubes y en la estructura geométrica de las hojas de los árboles.
Los colores del paisaje también me hacen pensar en las sefirót. El verde del follaje es como una expresión de Jesed, la luz del sol que se refleja en el agua es como un reflejo de Netzaj, y el rojo ardiente del atardecer me hace pensar en Gevurá.
Incluso el paso del tiempo a lo largo del día me recuerda las sefirót. El amanecer es como una manifestación de Keter, la hora del almuerzo es como un acto de Tiferet, y el ocaso es como una manifestación de Biná.
Pero no solo veo las sefirót en la naturaleza. También las veo en las formas en que la gente interactúa en la ciudad. Veo Jesed en la sonrisa de un extraño que ayuda a un turista perdido, veo Gevurá en la determinación de un corredor que pasa por mi lado, y veo Netzaj en el ritmo constante del tráfico.
Me doy cuenta de que el mapa de las sefirót está en todas partes, en todo lo que experimento y en todo lo que veo. Cada momento de mi vida es una oportunidad para conectar con una sefirah diferente y para crecer como persona.
Mientras sigo caminando por la ciudad, siento una sensación de asombro y gratitud por la belleza y la complejidad del universo que me rodea. Las sefirót son una guía y una herramienta para mi crecimiento personal y espiritual, y estoy agradecido de haber comenzado a comprender su presencia en el mundo.
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Capítulo 4: Yo soy todas las sefirót. Me explico.
Capítulo 4: Yo soy todas las sefirót. Me explico.
En mi camino hacia la comprensión de las sefirót, he llegado a una comprensión sorprendente: yo soy todas las sefirót. Cada una de las diez sefirót, que representan diferentes aspectos de la creación y de la Divinidad, se encuentra dentro de mí.
Jesed, la sefirah de la bondad y la generosidad, se encuentra en mi capacidad de amar y cuidar a los demás. Gevurá, la sefirah de la fuerza y el juicio, se encuentra en mi capacidad de establecer límites y tomar decisiones difíciles. Tiferet, la sefirah de la armonía y la belleza, se encuentra en mi capacidad de crear y apreciar la belleza en el mundo.
Biná, la sefirah del entendimiento, se encuentra en mi capacidad de analizar y comprender el mundo que me rodea. Jokhmá, la sefirah de la sabiduría, se encuentra en mi capacidad de ver la verdad detrás de las cosas y tener una visión amplia del mundo. Keter, la sefirah de la corona, se encuentra en mi capacidad de conectarme con lo divino y tener una visión espiritual de la vida.
Netzaj, la sefirah de la victoria y la perseverancia, se encuentra en mi capacidad de persistir y superar los obstáculos. Hod, la sefirah de la humildad y la rendición, se encuentra en mi capacidad de reconocer y aceptar mis limitaciones y errores. Yesod, la sefirah de la fundación, se encuentra en mi capacidad de establecer relaciones fuertes y sostenibles con los demás.
Finalmente, Malkut, la sefirah del reino y la manifestación, se encuentra en mi capacidad de manifestar mis ideas y llevar a cabo mis objetivos en el mundo.
Al darme cuenta de que soy todas las sefirót, entiendo que cada uno de nosotros tiene la capacidad de conectarse con lo divino y de crecer espiritualmente. Es como si las sefirót fueran las herramientas que se nos han dado para crear la vida que deseamos y para conectarnos con la fuente de toda la existencia.
Al reconocer que soy todas las sefirót, siento una profunda conexión con lo divino y una mayor comprensión de mi propio potencial. Cada vez que me conecto con una sefirah, experimento un crecimiento y una expansión de mi ser, lo que me permite ser una versión más completa y más vibrante de mí mismo.
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Capítulo 5: Cómo se relacionan mis sefirót con las tuyas. Relaciones de amor, de odio, de sumisión, de confianza, de deseo.
Cada uno de nosotros es una amalgama única de sefirót que interactúan de maneras únicas con las de los demás. Como si cada uno de nosotros tuviera un árbol de sefirót propio, con ramas y raíces que se entrelazan con los de los demás.
Las sefirót pueden interactuar de muchas maneras. A veces se aman mutuamente, otras veces se odian, y a veces se someten a la voluntad de la otra. Estas relaciones son complejas y cambiantes.
Por ejemplo, mi sefirah de Hesed, que representa la misericordia y la compasión, a veces entra en conflicto con mi sefirah de Geburah, que representa la fuerza y el juicio. En ciertas situaciones, mi deseo de ayudar y ser amable choca con mi necesidad de tomar decisiones firmes y respetar los límites.
Por otro lado, mi sefirah de Tiferet, que representa la belleza y el equilibrio, se relaciona de manera diferente con cada una de las otras sefirót. Con Hesed, puede generar un profundo amor y armonía. Con Geburah, puede generar tensión y desafío. Con Netzach, se puede manifestar en el deseo de crear algo hermoso juntos, y así sucesivamente.
En última instancia, todas estas relaciones están entrelazadas, creando un tejido complejo que es único para cada individuo. Pero al comprender nuestras propias sefirót y cómo interactúan con las de los demás, podemos construir relaciones más armoniosas y significativas en nuestra vida.
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enriquécelo explicando qué sefirah mía se relaciona con qué sefirah de alguien más para generar un lazo de amor, y cuáles uno de odio, de confianza, de deseo, de obediencia. detállalo creando personajes creíbles con cuyas sefirót se conectan las mías
Mi sefirah de Jesed se relaciona con la sefirah de Jesed de mi mejor amiga, lo que genera una relación de amor y confianza. Ambas valoramos la bondad, la compasión y el amor incondicional en nuestras vidas y en la forma en que tratamos a los demás.
Por otro lado, mi sefirah de Guevurá se relaciona con la sefirah de Guevurá de mi hermano, lo que a veces puede generar conflictos y desacuerdos. Ambos somos muy apasionados y nos tomamos las cosas muy en serio, lo que a veces puede llevar a discusiones acaloradas.
Mi sefirah de Netzaj se relaciona con la sefirah de Netzaj de mi pareja, lo que genera una relación de deseo y pasión. Ambos valoramos el movimiento y la energía en nuestras vidas, y nos sentimos atraídos por la pasión y la intensidad del otro.
También tengo una sefirah de Hod que se relaciona con la sefirah de Hod de mi compañero de trabajo, lo que genera una relación de confianza y colaboración en el trabajo. Ambos valoramos la comunicación efectiva y la honestidad en nuestro trabajo juntos.
Por último, mi sefirah de Yesod se relaciona con la sefirah de Yesod de mi mentor espiritual, lo que genera una relación de sumisión y aprendizaje. Ambos valoramos la conexión con lo divino y la comprensión de las enseñanzas espirituales más profundas.
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haz esas relaciones más complejas. Por ejemplo, Jésed con Yesód genera un amor impetuoso y apasionado. crea muchas combinaciones como esa
Claro, puedo hacerlo. Por ejemplo, Jésed con Yesód puede generar un amor apasionado, pero también puede ser una relación difícil si se vuelve demasiado posesiva. Biná con Jésed puede ser una relación de confianza mutua, mientras que Biná con Hod puede ser una relación de respeto pero también de cierta rivalidad intelectual.
Netzaj y Hod pueden formar una combinación de deseo y admiración mutua, aunque también pueden entrar en conflicto si hay una competencia desmedida entre ellas. Tiferet con Malkut puede ser una relación de sumisión y protección, mientras que Tiferet con Keter puede ser una relación de inspiración y admiración.
Es importante recordar que estas relaciones no son fijas ni determinadas de antemano, sino que pueden cambiar y evolucionar a lo largo del tiempo. Además, cada persona tiene diferentes combinaciones de sefirot que influyen en sus relaciones interpersonales.
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Ahora crea algunos personajes masculinos y femeninos y pon todas esas relaciones entre ellos con una narrativa creíble
Claro, puedo hacerlo. Te presento algunos personajes y sus relaciones de sefirot:
Sofía: una mujer con una gran capacidad intelectual y liderazgo. Tiene una combinación de sefirot muy marcada en Biná y Jésed. Se relaciona muy bien con David.
David: un hombre con una personalidad muy alegre y energética, que tiene una fuerte combinación de Netzaj y Hod. Tiene una relación muy cercana con Sofía, ya que admira su capacidad intelectual y ella encuentra en él un complemento para su energía.
Carmen: una mujer muy apasionada, con una combinación de Jésed y Yesód muy marcada. Se relaciona muy bien con Miguel.
Miguel: un hombre con una personalidad muy detallista y analítica, con una combinación de sefirot fuerte en Biná y Hod. Tiene una relación muy cercana con Carmen, ya que ella le brinda la pasión que él necesita para equilibrar su personalidad.
Ana: una mujer muy perceptiva y profunda, con una combinación de sefirot fuerte en Biná y Tiferet. Tiene una relación de confianza mutua con Raúl.
Raúl: un hombre muy equilibrado y centrado, con una combinación de sefirot fuerte en Tiferet y Malkut. Tiene una relación de protección y apoyo con Ana, ya que ella le inspira a ser mejor cada día.
Estos personajes, y sus combinaciones de sefirot, interactúan entre ellos de maneras únicas y complejas, generando relaciones de amor, de odio, de confianza, de deseo, de obediencia y de sumisión. Cada relación es única y evoluciona a lo largo del tiempo, según las necesidades y las circunstancias de los personajes.
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Capítulo 6: Cuando fui capaz de ver el mundo entero en el pétalo suave de una rosa roja.
Fue en un día de verano que sucedió. Estaba caminando por el jardín cuando vi una rosa roja, hermosa y perfecta. Me acerqué para verla de cerca y me di cuenta de que no era simplemente una rosa, sino que contenía todo el universo en su pequeño pétalo suave.
En el centro de la rosa, vi la sefirah de Keter, la corona, que representa la conexión directa con lo Divino. En los pétalos más internos, vi la sefirah de Jojmá, la sabiduría, que nos enseña a ver más allá de lo que está en la superficie. Y así, fui viendo cada sefirah en cada pétalo de la rosa.
Cuando llegué al pétalo exterior, vi la sefirah de Maljut, el reino, que representa el mundo físico y material en el que vivimos. Pero también vi cómo todas las sefirot se relacionan entre sí, cómo se conectan y cómo todo está interconectado en una danza cósmica.
Desde entonces, he aprendido a ver el mundo entero en cada pequeña cosa que me rodea. Desde una hoja en el suelo hasta un grano de arena en la playa, todo contiene una chispa divina y un reflejo del universo entero.
Me pregunto cuántos secretos más ocultos estarán esperando a ser descubiertos en el mundo que me rodea. Pero sé que, con cada pequeña revelación, mi comprensión del universo y de mí mismo se expande.
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Capítulo 6a: El mundo entero en una gota de agua viscosa.
Cada vez que observo una gota de agua viscosa, puedo ver el mundo entero reflejado en ella. Es una vista impresionante y me lleva a pensar en la inmensidad del universo y lo pequeño que somos en comparación.
La gota parece contener todos los elementos de la vida: agua, aire, fuego, tierra. Y dentro de ella, veo una versión miniatura del mundo entero. Puedo ver los matices de los colores del arco iris en la luz que se refracta a través de la gota, puedo ver el movimiento del viento en las ondas de agua que se forman en su superficie, puedo ver el fuego reflejado en las chispas de luz que bailan en su interior.
Parece una especie de portal mágico hacia un universo infinito y misterioso. Y al mismo tiempo, me recuerda la importancia de valorar lo pequeño y aparentemente insignificante. La gota de agua viscosa puede parecer insignificante, pero dentro de ella hay todo un mundo de belleza y complejidad.
Me pregunto si esta es la forma en que los cabalistas ven el mundo, como un conjunto de pequeñas partes que contienen el todo. Es un recordatorio para mí de que todo está conectado y que incluso lo más pequeño puede tener un gran impacto.
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Capítulo 6b: El mundo entero en una moneda de 25 centavos.
Mientras caminaba por la calle, noté una moneda de 25 centavos brillando en la acera. Me agaché para recogerla, pero cuando la tomé en mi mano, algo extraño sucedió. En lugar de ver simplemente una moneda, vi el mundo entero reflejado en su superficie. Los edificios cercanos, el cielo azul, la gente caminando por la calle, todo estaba allí, contenido en una pequeña moneda de cobre.
Me quedé allí, mirando fijamente la moneda, maravillado ante lo que estaba viendo. Era como si el universo entero hubiera sido comprimido en un objeto tan pequeño y ordinario como una moneda de 25 centavos. Entonces, comencé a pensar en las implicaciones de lo que estaba viendo.
Si todo el universo podía caber en una moneda de 25 centavos, ¿qué significaba eso para mi vida? ¿Qué implicaba para mi propia existencia? ¿Cómo podría algo tan pequeño como yo, contener todo lo que es el universo?
En ese momento, comencé a sentir una conexión profunda con todo lo que me rodeaba. Me di cuenta de que, aunque el universo es infinitamente grande y complejo, también es sorprendentemente simple y accesible. Todo lo que necesitaba hacer era abrir los ojos y ver la magia que estaba sucediendo en cada momento, en cada objeto que me rodeaba.
Desde ese día, cada vez que veo una moneda de 25 centavos, me recuerdo a mí mismo que el mundo entero puede ser visto en algo tan pequeño e insignificante. Y eso me hace sentir parte de algo mucho más grande y maravilloso que yo mismo.
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Capítulo 6c: Veo el sentido de la vida en un trozo de miga de pan.
Caminando por la calle, veo un pedazo de miga de pan en el suelo y no puedo evitar acercarme para observarlo detenidamente. La textura rugosa y llena de agujeros del pan tostado es fascinante. Pero lo que me sorprende aún más es lo que veo en él.
De repente, el pedazo de pan se convierte en una imagen del mundo entero. Veo las sefirót y los mundos, la urdimbre y la trama de la existencia, todo en un trozo de pan. Me maravillo de cómo todas las partes se combinan para crear algo más grande, algo que tiene sentido.
Pienso en el proceso de hacer pan: el trigo que crece en la tierra, el trabajo de los agricultores para cultivarlo, la cosecha, el transporte, la molienda, la mezcla de ingredientes y la cocción. Cada parte del proceso es importante y necesaria para crear el pan. Lo mismo ocurre en la vida: cada experiencia, cada persona, cada acción es necesaria para crear el tejido de nuestra existencia.
El sentido de la vida, para mí, está en comprender la interconexión de todas las cosas. Al ver el mundo entero en un pedazo de pan, me doy cuenta de que todo lo que hago, todo lo que veo y todo lo que experimento es parte de algo más grande.
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Capítulo 7: Los movimientos y conexiones de sefirót que experimento en la proximidad de Silvana. Las letras que intercambiamos cuando hacemos el amor.
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danielginerman@gmail.com
Capítulo 7: Los movimientos y conexiones de sefirót que experimento en la proximidad de Silvana. Las letras que fluyen entre nosotros cuando nos miramos a los ojos.
Estoy sentado frente a Silvana, mi amada, y puedo sentir cómo las sefirót en mí comienzan a moverse de maneras que nunca antes había experimentado. Keter se enciende con una chispa divina de inspiración, mientras que Hokhmah brilla con una sabiduría que antes estaba oculta para mí. Binah se une a la conversación, haciendo conexiones entre ideas aparentemente dispares, mientras que Hesed y Gevurah se entrelazan en un baile delicado de amor y restricción.
Y cuando nuestros ojos se encuentran, las letras del alfabeto hebreo comienzan a formarse en el aire entre nosotros. Las letras que hemos estudiado juntos en nuestras sesiones de Cabalá. Las letras que simbolizan las sefirót y los caminos que conectan entre ellas.
Las letras fluyen y bailan entre nosotros, creando nuevas combinaciones y significados que antes eran impensables para mí. Es como si Silvana y yo estuviéramos creando un lenguaje completamente nuevo, uno que es más profundo y más significativo que cualquier cosa que haya experimentado antes.
Y en esos momentos, me doy cuenta de que Silvana y yo estamos unidos no solo a través de nuestra conexión física, sino también a través de una conexión espiritual profunda y significativa. Una conexión que está impulsada por las sefirót y las letras del alfabeto hebreo, y que es más fuerte de lo que nunca antes había imaginado posible.
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Describe con vuelo poético las letras que viajan entre mis ojos y los de Silvana luminosas, el modo en que los finos trazos se rozan y entrelazan y acarician al cruzarse en el espacio entre nosotros, que parece ser también el mundo entero
Las letras fluyen entre nosotros como un río de luz, un caudal infinito de símbolos sagrados que se deslizan por el espacio y nos envuelven en su danza divina. Cada trazo es un rayo de vida que se enrosca en el aire y se entrelaza con los demás, formando complejas redes de significado que trascienden el lenguaje humano.
Los ojos de Silvana son un espejo de mi alma, un reflejo profundo de mi ser que me lleva a descubrir nuevas capas de mi propio ser en cada mirada. Las letras que fluyen entre nosotros son como un diálogo sagrado, un intercambio místico que nos une en un nivel que va más allá de lo terrenal.
Al unirnos, nuestros cuerpos se convierten en un templo sagrado donde las sefirót se conectan y fluyen en un éxtasis místico. Las letras brillantes que flotan entre nosotros son como un fuego que nos consume y nos transforma, permitiéndonos experimentar la divinidad en su forma más pura y luminosa.
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Y las letras que se iluminan en mi amor con Silvana están ahora siempre conmigo. Puedo utilizarlas todo el tiempo en mi relación con otras personas, con mi mundo, conmigo mismo. Descríbelo con vuelo poético mostrando qué letras aparecen cuando me encuentro con unas u otras personas, y con qué letras de ellos se encuentran
Cuando me acerco a alguien, puedo ver las letras que emergen en el espacio entre nosotros, como una constelación de luz que revela el potencial de nuestra conexión. Si es una persona amable y cálida, las letras de Jésed brotan de mi corazón y se entrelazan con las letras de su propia sefirah de Jésed, creando un vínculo de amor y amistad.
Si me encuentro con alguien que está sufriendo, las letras de Biná aparecen en mi mente, permitiéndome entender su dolor y ofrecerle consuelo y sabiduría. Si la persona es creativa y llena de ideas, las letras de Jokhmá se mezclan con las mías, creando una explosión de inspiración y genialidad.
Y si me encuentro con alguien que es obstinado y terco, las letras de Gevurá emergen en mi ser, permitiéndome mantener mi propia integridad y establecer límites saludables. Pero incluso en esa interacción, las letras de Jesed siguen presentes, recordándome la importancia de la compasión y el amor.
Así, cada interacción humana se convierte en un diálogo de sefirót, una danza de letras que revelan la complejidad y la belleza de nuestro universo interior. Y cada vez que me acerco a alguien, me maravillo ante la riqueza de estas letras, y me siento agradecido por el regalo de la conexión.
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Capítulo 8: Cuando me paré frente a un árbol de olivo de más de 100 años, el gozo inmenso, y todo lo que aprendí de las letras que intercambiamos
Me acerco a un árbol de olivo centenario, su tronco retorcido y grueso, sus ramas extendiéndose hacia el cielo. Me detengo frente a él y cierro los ojos. Siento la textura rugosa de la corteza bajo mis dedos y escucho el susurro suave del viento a través de las hojas.
Poco a poco, empiezo a percibir la energía que fluye entre el árbol y yo, como si nos comunicáramos a través de un lenguaje no verbal. Puedo sentir la presencia de las sefirót, moviéndose y entrelazándose en un baile infinito.
Las letras se hacen presentes de nuevo, vibrando en mi mente como si el árbol estuviera hablando conmigo en un idioma desconocido pero familiar. Las letras de este árbol son distintas a las de Silvana, pero igual de poderosas.
A medida que me adentro en la comunicación con el árbol, las letras se hacen más claras y complejas, y puedo sentir cómo se relacionan con las mías. Algunas sefirót se conectan con las del árbol en una danza armoniosa, mientras que otras chocan y se repelen.
Pero a pesar de las diferencias, hay una sensación de unidad y armonía en la comunicación. Me doy cuenta de que el árbol es parte de mí, y yo soy parte del árbol, ambos conectados en una red interconectada de energía.
Cuando finalmente abro los ojos, me siento lleno de gozo y sabiduría. He aprendido tanto del árbol, y sé que siempre podré volver a él en busca de su sabiduría y enseñanzas.
Y así, continúo mi camino, llevando conmigo las letras y las enseñanzas de todos los seres y objetos con los que me encuentro en mi camino, sabiendo que todos estamos conectados y que cada encuentro puede ser una oportunidad para aprender y crecer.
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Una persona enferma me ruega ayuda. Elijo cuidadosamente letras de sanación que libero para ella. Las letras de la enfermedad fluyen desde ella y se encuentran con las mías en el espacio entre nosotros.
Las letras se deslizan suaves y luminosas, buscando el punto exacto donde la enfermedad se anida. Las mías buscan el camino hacia la sanación, mientras las suyas se resisten, tratando de aferrarse al cuerpo de la persona enferma.
Pero poco a poco, las letras de la sanación se hacen más fuertes y comienzan a rodear y acariciar a las letras de la enfermedad. Como en un baile místico, las letras se entrelazan y se fusionan, formando nuevas letras de esperanza y de salud.
Y finalmente, las letras de la enfermedad ceden ante las de la sanación, disolviéndose en el aire. La persona enferma se siente mejor, respira con más facilidad, sonríe con gratitud. Y yo me siento agradecido por haber podido compartir mis letras de sanación con ella, y por haber sido testigo de la fuerza curativa de las letras.
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Descríbelo con emoción, deteniéndote en la danza de las distintas letras, en lo que ocurre cuando las letras de sanación se encuentran con las letras de enfermedad, cómo se produce la sanación, qué destino corren las letras enfermas
Cuando la persona enferma me pidió ayuda, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. Sabía que tenía que elegir cuidadosamente las letras de sanación que le enviaría. Comencé a buscar en mi interior, conectando con mis sefirót para encontrar las letras adecuadas.
Finalmente, encontré las letras de sanación que resonaban en mi ser. Las liberé, permitiendo que fluyeran hacia la persona enferma. Vi las letras de la enfermedad que emanaban de su cuerpo, moviéndose lentamente en el espacio entre nosotros.
Pero algo mágico sucedió cuando las letras de sanación se encontraron con las letras de la enfermedad. Se produjo una danza increíble entre las letras, como si estuvieran bailando una danza sagrada. Las letras de sanación envolvieron las letras enfermas, curándolas y transformándolas.
Pude sentir la sanación sucediendo en el espacio entre nosotros. Las letras de la enfermedad se desvanecieron lentamente, transformándose en un remolino de luz. Y las letras de sanación continuaron bailando, moviéndose en armonía con las sefirót de la persona enferma.
El gozo de la sanación que experimenté en ese momento fue inmenso. Me di cuenta de que las letras que elegimos son muy poderosas y pueden curar tanto a nivel físico como emocional y espiritual. Sentí una conexión más profunda con las sefirót, con el universo y con la energía de la sanación.
Desde ese momento, las letras de sanación que elegí para la persona enferma siempre están conmigo. Las utilizo con frecuencia en mi relación con otras personas, con el mundo y conmigo mismo. Y cada vez que lo hago, siento una profunda gratitud por el conocimiento y la sabiduría que las sefirót me han dado.
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Cuando me paré frente al Tribunal que se disponía a condenarme injustamente, y con apenas un susurro le arrojé al juez una letra Tsadik de luz girando en el aire como un boomerang...
La letra Tsadik brilló como un sol en miniatura mientras se deslizaba de mis labios, flotando hacia el juez con una gracia etérea. Giró y giró en el aire, como si buscara el camino correcto para cumplir su misión. En el momento en que se encontró con el juez, su resplandor se intensificó, iluminando toda la sala del tribunal.
La letra Tsadik parecía saber exactamente lo que estaba haciendo, como si hubiera sido creada para ese momento específico. Bailó alrededor del juez, rodeándolo con su energía cálida y reconfortante, como si lo estuviera abrazando. El juez, que antes estaba lleno de odio y prejuicios, parecía estar suavizándose. Sus ojos, que antes estaban duros y fríos, ahora estaban llenos de compasión y empatía.
La letra Tsadik siguió flotando en el aire, como si hubiera decidido quedarse un rato más. La habitación se llenó de una atmósfera pacífica y calmada, y la tensión que antes era palpable desapareció. Mientras el juez leía su fallo, parecía ser guiado por la letra Tsadik, y su decisión final fue justa y misericordiosa.
La letra Tsadik se desvaneció lentamente en el aire, como si hubiera cumplido su misión y estuviera lista para partir. Pero su energía persistió en la habitación, haciendo que todos se sintieran más conectados, más compasivos y más amorosos. Desde ese día, siempre llevo conmigo las letras de la justicia y la misericordia, sabiendo que pueden ser utilizadas para hacer una diferencia en el mundo.
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Ninguno de los presentes en el Tribunal había intercambiado nunca letras de amor, por lo que ninguno de ellos podía percibir la letra Tsadik luminosa ni sus efectos. Mas de pronto entró a la sala un hombre viejo y encorvado que trabajaba en la limpieza; él conocía las letras del amor que hacía fluir con su esposa desde muchísimos años atrás. Entró a la sala, y vio la letra Tsadik, y vio todo
lo que ella representaba, y la verdad se hizo evidente para él. Con un grito, interrumpió el juicio y empezó a hablar de las conexiones de las sefirót y de cómo se relacionaban con la justicia y la injusticia. La letra Tsadik, que había sido liberada para el juez, empezó a girar hacia él y a iluminar su rostro con una luz cegadora. El juez cayó de rodillas, sollozando, y pidió perdón por su error.
El hombre viejo, que había ayudado a que la letra Tsadik fuera comprendida, explicó cómo las letras de amor pueden ser utilizadas para curar y transformar el mundo, y cómo todos los seres humanos tienen acceso a ellas. La sala se llenó de una luz brillante y cálida, y todos los presentes sintieron que algo había cambiado en ellos para siempre.
Desde entonces, el hombre viejo se convirtió en el portador de las letras de amor en la comunidad, enseñando a los demás a liberarlas y a utilizarlas para sanar y transformar el mundo. Y yo supe que mi conexión con las sefirót era más poderosa de lo que había imaginado, y que podía utilizarse para cambiar el curso de la justicia y para lograr la paz y el amor en el mundo.
LA LETRA TSADIK SEÑALA AL TSADÍK, Y SU VALOR NUMÉRICO 90 SEÑALA AL MÉLEJ
El hombre viejo habló, con los ojos fijos en la letra Tsadik, que se veía invertida sobre la cabeza del juez, y dijo solemnemente
-"No condenéis a Santiago, no permitáis que se haga justicia a costa de la verdad y la equidad. Dejad que las letras del amor y la luz guíen vuestros pasos y os muestren el camino hacia la justicia verdadera."
El hombre viejo se acercó al juez y, con la palma de su mano, tocó la letra Tsadik que flotaba sobre su cabeza. La letra se disolvió en un resplandor dorado que envolvió al juez y lo hizo caer de rodillas. Él gritó de dolor mientras su cuerpo era purgado de toda la maldad y la corrupción que lo había infectado.
Santiago se levantó, y con una sonrisa de agradecimiento hacia el hombre viejo, caminó hacia la salida de la sala del tribunal. Atrás quedaron la letra Tsadik y las miradas atónitas de los presentes, que habían presenciado un acto de justicia que iba más allá de las leyes terrenales.
LA LETRA PEH ALUDE A LA BOCA, QUE SE LLAMA PEH, Y EN SU VALOR 80 ALUDE AL IESÓD Y LO ACOGE DENTRO SUYO
Capítulo 9: El Amor hecho de letras. Silvana y yo nos sentamos uno frente al otro a transmitirnos todo el amor, con gran intensidad y emoción, por medio de letras luminosas que viajan y se demoran rozándose y abrazándose entre nosotros
Silvana y yo nos sentamos frente a frente, con nuestros ojos cerrados y nuestras manos extendidas. Sentimos el latido de nuestros corazones, las respiraciones entrecortadas. Y entonces, comenzamos a transmitirnos todo el amor, pero no con palabras habladas, sino con letras luminosas.
La primera letra que apareció fue la Alef, que simboliza la unidad y la divinidad. La dejé salir de mi corazón y se elevó hacia ella, flotando en el aire como una luciérnaga brillante. Ella la tomó y la hizo crecer, adornándola con finos trazos que se entrelazaban con los míos, como si estuviéramos tejiendo una tela juntos.
Luego apareció la Bet, que simboliza la casa y la familia. La solté y ella la recibió con una sonrisa, haciendo que danzara y girara alrededor de su cabeza antes de dejarla caer en su regazo, donde se fundió con las demás letras que ya habían llegado.
Pronto, una lluvia de letras comenzó a caer sobre nosotros, y cada una era más hermosa que la anterior. La Gimel, la Dalet, la Hei, la Vav, la Zayin, todas ellas emergieron de nuestros corazones y flotaron hacia el otro, creando un baile etéreo de luz y amor.
Mientras las letras se movían y giraban, podíamos sentir la emoción crecer en nuestros corazones. Era como si estuviéramos creando un lenguaje nuevo, hecho de amor y luz, que solo nosotros podíamos entender.
Finalmente, después de que todas las letras habían sido transmitidas, nos quedamos en silencio, sintiendo la energía que flotaba entre nosotros. Sabíamos que habíamos creado algo mágico, algo que solo los dos podríamos compartir y entender. Y así, nos abrazamos, sintiendo la energía del amor que había sido transmitida en cada letra que habíamos intercambiado.
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Describe con lujo de detalles el encuentro de la letra Hei de Silvana con la letra Hei mía, justo a mitad de camino entre nosotros
Las letras Hei de Silvana y yo se acercaron en un lento pero constante vuelo, hasta que se encontraron a mitad de camino entre nosotros. La Hei de ella era como una cascada de luz dorada y rosada, como si la luz del sol hubiera sido destilada en una única letra. La mía, en cambio, era como un rayo de luz blanca que se había dividido en infinitas partículas que danzaban en el aire, como pequeñas luciérnagas.
Cuando las dos Heis se encontraron, comenzaron a danzar en el aire, a rodearse y abrazarse como si fueran amantes eternos que se reencontraran después de una larga separación. La luz que irradiaban era impresionante, casi cegadora, y los destellos que emitían hacían que todo lo demás pareciera desvanecerse en su presencia.
Pero lo más sorprendente fue el sonido que producían al encontrarse. Era un sonido suave y melodioso, como una canción de amor que se hubiera creado a partir de las letras mismas. Silvana y yo nos mirábamos a los ojos, emocionados por lo que estábamos presenciando. Sentíamos que estábamos siendo testigos de algo sagrado, algo que solo sucede cuando el amor se expresa en su forma más pura.
Las dos Heis se separaron después de unos momentos, dejando en su estela una cálida y dulce sensación que nos envolvió por completo. Silvana y yo nos abrazamos con fuerza, sabiendo que lo que acabábamos de presenciar era algo único e irrepetible. Y aunque nunca sabremos exactamente qué significado tenían esas dos Heis que se encontraron, sabíamos que eran una muestra del amor hecho de letras.
Poco a poco, aprendimos a conducir las letras entre nosotros, a combinarlas, a agregar más sofisticación y detalle a nuestro amor. Soltábamos cada uno una Hei al mismo tiempo, dejábamos que se encontraran entre nosotros, y entonces, Silvana disparaba una Bet que se ponía entre ellas, y entonces mi Alef se ubicaba a la cabeza de las tres.... y la palabra Ahavah
comenzaba a formarse en el aire, como una escultura de luz suspendida entre nosotros.
Luego, una Vav se unía a la secuencia, y nuestra palabra de amor se ampliaba y se hacía más compleja, como un hermoso encaje de letras que se enlazaban unas con otras, formando una red de significados más profundos y emocionales.
Cuando llegábamos a la última Hei de Ahavah, nuestros ojos se encontraban en una mirada llena de amor y emoción, y nuestras almas se unían en una sola en un abrazo de letras que flotaban alrededor de nosotros.
Aprendimos que el amor no es solo una emoción, sino también una energía que puede ser creada y dirigida a través de las letras, y que la combinación de ellas puede crear una magia especial que solo los amantes pueden entender.
Y así, nuestro amor floreció en un jardín de letras luminosas que se entrelazaban en el aire, y que nos recordaban constantemente la profundidad y la belleza de nuestro vínculo.
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Y cuando la palabra Ahavah se veía entre nosotros, veíamos sus letras como en un trazo único que adoptaría las formas que nuestro amor le diera. Cambiábamos la Bet por una Vav y obteníamos un Nombre Sagrado luminoso que nos llenaba de súbito bienestar. Cambiábamos la Alef por una Yod y el Nombre Sagrado del Creador Misericordioso destellaba entre nosotros y lo podíamos oir, y lo podíamos oler, y lo podíamos tocar
Cada letra se volvía un mundo de posibilidades, de significados profundos, de conexiones que iban más allá de nuestro entendimiento. La Yod se convertía en un rayo de luz que iluminaba cada rincón oscuro de nuestro ser, la Bet en un muro de protección que nos envolvía con su amor, la Vav en un puente que unía nuestros corazones y nos hacía uno solo.
Pero cuando la palabra Ahavah aparecía entre nosotros, era como si todo el universo se detuviera para observarnos en ese momento de amor. Las letras se unían en una danza mística, girando y girando alrededor de nuestro amor, creando una energía poderosa que nos envolvía por completo. Sentíamos cómo nuestros cuerpos y nuestras almas vibraban al unísono, fundiéndose en una sola presencia divina.
Y así, aprendimos a comunicarnos a través de las letras, a expresar nuestros sentimientos más profundos y verdaderos, a conectarnos con lo divino y lo sagrado a través de nuestro amor. Las letras se convirtieron en nuestro lenguaje secreto, en nuestra forma de comunicarnos con el universo y con nosotros mismos.
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Describe con vuelo poético y con detalles sensoriales lo que sentíamos en nuestros cuerpos que no se tocaban cuando las letras de Ahavah danzaban entre nosotros y se hacían grandísimas y nos envolvían
Nuestros cuerpos estaban separados por el espacio, pero las letras de Ahavah nos envolvían, como una bruma de amor que llenaba todo el espacio entre nosotros. Las letras brillaban intensamente, irradiando su luz por todos lados, creando un halo de energía amorosa que nos rodeaba y nos hacía sentir más vivos que nunca.
Podíamos sentir el calor del amor en nuestras mejillas, el cosquilleo en nuestras manos, la suave vibración de la emoción en nuestro pecho. Cada letra tenía su propia vibración, su propio sonido, y se entrelazaban entre ellas formando un canto armonioso que nos envolvía y nos elevaba.
Cerrábamos los ojos y sentíamos el aire impregnado del aroma del amor, un perfume embriagador que nos llevaba a un estado de felicidad pura y sin igual. El amor era tangible, podíamos tocarlo con la punta de los dedos, sentir su textura suave y aterciopelada.
Las letras de Ahavah crecían y se hacían cada vez más grandes, hasta que nos envolvían completamente, fundiéndonos en un abrazo cósmico que nos hacía sentir la unidad de todas las cosas. En ese momento, éramos uno con el universo, uno con el amor, uno con nosotros mismos.
אהבה א-הבה אהוה
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נון נ-ו-ן
50 + 50 ES 106 y de ahí en más
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